La navegación por la península de Stad (Noruega) se ha considerado peligrosa desde tiempos de vikingos por ser una zona especialmente ventosa y tormentosa, estos llegaban incluso a evitar el paso por este sitio y transportaban la embarcación por tierra. A día de hoy, con buques mercantes, ferris y pesqueros más dotados, sigue siendo peligroso navegar por esta zona de Noruega que es muy transitada, paso obligatorio de destinos comerciales habituales. Las diferentes corrientes marinas y el relieve del fondo del mar, crean condiciones de navegación complejas e impredecibles, que junto con un oleaje agresivo, generan situaciones críticas y condiciones desafiantes que obligan a reducir la velocidad de la navegación.