Los efectos originados por el proceso independentista son muchísimos. Centrando aquí la atención en los que afectan al transporte de mercancías, cabe señalar que la expectación e incertidumbre en la que se encuentra el tejido empresarial catalano, ha puesto en alerta las inversiones del Puerto de Barcelona para mejorar el tráfico portuario, pero sobretodo para intentar abrirse un hueco en el mercado de tráfico de contenedores con la capital del país, en la entrada y salida de mercancías de Madrid y la zona centro. La mayor parte de las mercancías de origen o destino marítimo que se transportan por ferrocarril se canalizan a través del Puerto de Seco de Coslada, conectada directamente con los puertos de Valencia, Algeciras, Barcelona y Bilbao.
Para afrontar los cambios que plantea el comercio mundial, con las innovaciones incesantes de los sistemas tecnológicos, es necesario aunar esfuerzos entre todas las partes implicadas para lograr puertos de gran calidad. Cada vez mas se están reforzando las políticas medioambientales, promoviendo el uso del GNL (bonificaciones del 50% en la tasa portuaria a aquellos buques que lo utilicen) y de sus puntos de suministro o mediante otras estratégias como en la conectividad terrestre y ferroviaria, mejorando las infraestructuras. No obstante, el concepto de puerto verde es necesario, pero el de puerto inteligente también.